El Sueño: Hablemos de Niños Mayores y Adolescentes
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Algunos niños duermen bien y otros no. Ese es un buen punto para comenzar cuando se reflexiona acerca de los problemas del sueño en los niños. Según la investigación, muchos niños que duermen bien continuamente, a menudo lo hacen desde muy temprano en sus vidas. Estos son los niños con padres que a menudo se ven bien descansados, a pesar de haber traído un niño al mundo. Los otros niños, los que no duermen tan bien, bueno, sus padres pueden consumir mucho café.
Cuando hablamos del sueño en niños mayores o adolescentes, lo primero en lo que debemos pensar es si la dificultad para dormir es un problema nuevo. Si su hijo siempre ha dormido bien y luego, a los 9 o 10 años, de repente comienza a tener dificultades para conciliar el sueño, se debe considerar si algunos de los desafíos normales del desarrollo podrían estar influenciando negativamente la hora de acostarse. Estos tipos de problemas son el tema de este artículo.
Trate de Averiguar Lo Que Ha Cambiado
¿Su preadolescente con problemas para dormir está a punto de cambiar de escuela? ¿A punto de mudarse a una nueva casa? ¿Está todo bien en casa? Incluso debe considerar si hay nuevos alimentos en la alimentación: la cafeína, incluso antes de las 6 de la tarde, es una causa bastante común de problemas del sueño. Lo esencial es identificar algún tipo de cambio en el entorno que pueda explicar el cambio en el sueño de su hijo.
También querrá pensar en qué forma se está presentando la interrupción del sueño en sí. ¿Su hijo adolescente tiene dificultad para conciliar el sueño? ¿Se despierta con más frecuencia? ¿Es una combinación de ambos?
Por último, si está seguro de que no ha habido ningún factor ambiental importante que explique los cambios en los hábitos de sueño, deberá considerar la posibilidad de un algún síndrome psiquiátrico como la causa del problema. La depresión, la ansiedad, el trauma y el trastorno bipolar comparten la interrupción del sueño como síntoma importante. También existen otros síndromes psiquiátricos menos comunes que pueden acompañarse con problemas del sueño.
Las preguntas son más o menos las mismas con los adolescentes, pero hay algo más: sabemos que el cerebro de los adolescentes tiene la tendencia de mantenerse despierto hasta tarde. Por lo tanto, los adolescentes están programados para postergar el inicio del sueño hasta bien entrada la noche y luego dormir saludablemente hasta bien entrada la mañana.
De hecho, los adolescentes necesitan dormir más que los niños un poco más pequeños; consumen mucha energía a medida que sus cerebros y cuerpos maduran rápidamente. El problema es que los adolescentes sanos se quedan despiertos cada vez más tarde, pero aún tienen que levantarse temprano a la mañana siguiente para asistir a la escuela, al trabajo, a la práctica deportiva u otras obligaciones. Esto resulta en adolescentes cada vez más cansados. Los dos primeros períodos de clases en la escuela secundaria suelen ser muy diferentes para los adolescentes que las materias que tienen al final del día. Todo maestro experimentado lo sabe.
Esto significa que el adolescente que se queda despierto hasta tarde no necesariamente tiene el mismo conjunto de problemas que podría tener un preadolescente. Todavía vale la pena buscar estos mismos factores de estrés: nueva escuela, cambios en las relaciones sociales, problemas en el hogar. Pero muchos adolescentes están tan confundidos como sus padres de por qué no pueden conciliar el sueño antes. Una vez que se sienta cómodo de que su adolescente no está deprimido o ansioso (recuerde que estas condiciones son mucho más comunes entre los preadolescentes), querrá comenzar a pensar en la higiene del sueño.
¿Qué Es La Higiene Del Sueño?
¿Cómo definimos la higiene del sueño? Hace 20 o 30 años, una buena higiene del sueño a menudo significaba cosas como leer antes de acostarse en lugar de ver televisión. O darle la vuelta al reloj, por si ver pasar el tiempo hace que su hijo adolescente se sienta ansioso cuando intenta quedarse dormido. Hoy en día, otras cosas que pueden interferir con el sueño de los adolescentes incluyen el ejercicio nocturno o las conversaciones telefónicas hasta altas horas de la noche. Un adolescente está biológicamente programado para conectarse con otros adolescentes. Eso significa que los niños a menudo hablan por teléfono o hacen abdominales y lagartijas a veces hasta pasada la medianoche. Ninguna de estas actividades estimulantes es muy útil para un sueño reparador.
Sin embargo, todos sabemos que el mundo se ha vuelto mucho más complicado. Tenemos mensajes de texto, TikTok, computadoras inalámbricas, FaceTime, YouTube, Hulu y todo tipo de distracciones nocturnas. Para el cerebro social e intelectualmente activo de un adolescente, estas actividades fascinantes compiten con la agradable lectura nocturna que solía funcionar.
Si tuvieras 16 años, ¿quisieras leer un libro o charlar con tus amigos? ¿Quisieras ver tu programa favorito cuando se transmite por televisión o ver todos los episodios de tus programas favoritos a la vez, a través de transmisión continua por internet?
Los padres modernos deben estar aún más atentos a los hábitos de sueño de sus hijos adolescentes que hace apenas 15 años. Las probabilidades están en su contra (los niños tienen una manera de alimentar esos cerebros hambrientos), pero recuerde que la falta de sueño tiene un efecto acumulativo y puede generar dificultades académicas y sociales. El carácter de un adolescente privado de sueño se enciende más fácilmente. No pueden estudiar tan bien al día siguiente y tienden a obtener malos resultados en más pruebas que antes. Estos son problemas que pueden crecer rápidamente.
Para los padres de niños de todas las edades, aquí hay algunas pautas generales: la mejor cura, por simple que parezca, es un horario constante para ir a dormir.
En el caso de los preadolescentes, intente seguir una rutina que permita alcanzar estos objetivos:
- De 9 a 11 horas de sueño para un niño en edad escolar. Recuerde que, al igual que los adolescentes, los niños en edad escolar y los preadolescentes utilizan la televisión, las computadoras e Internet, todo lo cual puede interferir con el tiempo para dormir. Este grupo de edad también puede consumir bebidas con cafeína que pueden afectar la dificultad para conciliar el sueño por la noche. Mirar televisión u otra actividad frente a la pantalla, justo antes de acostarse, también puede dificultar el conciliar el sueño y puede crear ansiedad o resistencia a la hora de acostarse.
- Si la hora de acostarse de su hijo es demasiado tarde, muévala a 15 minutos más temprano cada noche, hasta que llegue a la hora deseada. Vuelva a meter a la cama a los niños que se levantan, rápida y repetidamente, hasta que reciban el mensaje de que se espera que se duerman solos.
Para todos los niños, y tal vez especialmente para los adolescentes, los siguientes hábitos pueden ayudar mucho:
- “Desenchufe” el dormitorio. Apague televisores, computadoras y teléfonos celulares. De hecho, mantenga estos objetos fuera del dormitorio. Esto no es del todo posible con los adolescentes, pero haga lo mejor que pueda.
- Establezca una rutina para relajarse. Esto es muy individualizado, pero la idea general es disminuir en la noche, en lugar de aumentar, las actividades que son demasiado estimulantes (para permitir un inicio tranquilo del sueño).
- Ir descafeinado. Beber cafeína durante el día, y especialmente por la tarde, puede afectar el sueño profundo. La cafeína se encuentra no solo en el café y la cola, sino también en el té y el chocolate, por eso es importante evitar consumirlas.
- Reduzca la estimulación diurna. Los niños con demasiadas actividades programadas, que se apresuran de la práctica de la banda a la clase de baile, a la cena, a la tarea, pueden estar demasiado estimulados o agitados a la hora de acostarse para relajarse. Los expertos recomiendan aproximadamente una actividad importante por temporada.
- Consiga ayuda. Si, a pesar de estas medidas, su hijo todavía tiene dificultades a la hora de dormir, se despierta durante la noche o ronca, hable con su médico. Hay una serie de problemas de salud que podrían ser las potenciales causas. Los síndromes psiquiátricos, la apnea del sueño, las alergias o los trastornos gastrointestinales pueden provocar problemas de sueño. Estas condiciones requerirán la atención de un médico.
Finalmente, recuerde que dormir mal, o la falta de sueño, es un problema nacional. Estados Unidos es conocido entre las naciones occidentales por sus malos hábitos de sueño. Los adultos suelen ser tan culpables como los niños cuando se trata de rutinas poco saludables a la hora de dormir. Sus hijos le están observando más de lo que cree, y si les muestra cómo usted se prepara correctamente para ir a la cama, es mucho más probable que sigan su ejemplo.