By Rosa Amurrio, MD and Gene Beresin, Executive Director

Posted in: Teenagers

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No es inusual descubrir de una forma u otra que su adolescente está consumiendo alguna sustancia. Las sustancias más comunes son el alcohol y la marihuana. Si bien esta pregunta es sobre la marihuana, tengamos en cuenta que el uso de cualquier sustancia es preocupante en un niño.

La mayoría de los padres tendrán muchas preocupaciones. ¿Con qué frecuencia consume mi hijo adolescente? ¿Está fumando, vapeando o usando comestibles? ¿Tiene algún problema de adicción? Si su hijo adolescente tiene una licencia de conducir, ¿hay algún problema con conducir bajo los efectos del alcohol o la marihuana? ¿Está traficando drogas? ¿Existe algún problema subyacente que haga que mi hijo use una sustancia para automedicarse? La lista de preguntas continúa. Pero, ¿cómo averiguamos lo que realmente está pasando y, quizás igualmente, si no más importante, cómo nos aseguramos de que su hijo adolescente comprenda los riesgos potenciales de consumir marihuana?

Si ya ha confrontado a su hijo adolescente, para brindarle el mejor consejo, yo necesitaría saber cómo ocurrió la confrontación y cuál fue la respuesta de su hijo. Por ejemplo, si usted estalló y su hijo se retiró o respondió con un giro de ojos, sería muy diferente si usted le preguntó con calma sobre el uso de sustancias y su hijo respondió con culpa y le escuchó.

Digamos que enfrentó a su hijo adolescente con ira (como lo harían muchos padres) y su hijo adolescente no le escucha y se niega a hablar. ¿Qué puede hacer para crear una conversación satisfactoria?

1. Encuentre formas de calmarse a sí mismo y a su hijo adolescente. Es posible que deba tomarse un tiempo y decirle a su hijo adolescente: “Nos tomaremos un descanso para poder hablar de esto con calma”. Nunca vale la pena permanecer en modo de conferencia o continuar con una perorata. Podría decir: “Relajémonos y comamos algo” o saque al adolescente dar una vuelta. Ofrecer reanudar la sesión con una pizza o un refrigerio favorito a menudo es útil.
2. Tranquilice a su hijo adolescente diciéndole que este no es el momento de castigarlo. Si bien en el futuro es posible que deba establecer límites o consecuencias según la situación, diciendo que no tomará ninguna acción ahora, en este momento, es lo correcto. Si su adolescente espera una respuesta dura, como quedarse castigado en casa, quitarle el teléfono o el automóvil, o cualquier cosa horrible, es probable que se cierre. La mayoría de los adolescentes comenzarán a abrirse o escuchar si sienten que están a salvo de cierto castigo.
3. Comience su conversación con una historia. Ya sea que haya consumido marihuana o se haya metido en problemas por consumir alcohol, o por romper cualquier regla familiar, puede comenzar por decirle a su hijo adolescente cómo todos hacen las cosas que a sus padres no les gustan y esto es lo que hizo. Todos nos extraviamos en un momento u otro. Nivele el campo de juego relatando algo que usted hizo alguna vez que lo metió en problemas. Si no es usted, hable de un hermano mayor de su hijo adolescente o de un miembro de su familia que asumió riesgos y tuvo consecuencias importantes. Este podría ser un buen momento para que cuente una historia sobre el consumo de una sustancia y la experiencia de casi un accidente.
4. Hágale saber a su adolescente que la conversación será confidencial. Muchos adolescentes temen que otros miembros de la familia se enteren de esto. No quieren sentirse señalados o avergonzados. O puede que les preocupe que, en caso de que descubra que sus amigos usan marihuana, usted se lo dirá a sus padres o no les permitirás salir más con ellos. Su respuesta y conversación iniciales deben ser solo entre usted y su hijo. Puede resultar que si otro niño está lidiando con las drogas o tiene un gran problema con las drogas, puede ser necesario algún tipo de intervención, pero puede solucionarlo con su hijo adolescente más adelante.

Estas son formas de calmar a todos y abrir la puerta a la conversación.

En general, después de una confrontación inicial, aquí hay algunos puntos de conversación sobre cómo podría proceder:

• La marihuana, como el alcohol, es ilegal. Si bien sabemos que la mayoría de los adolescentes experimentarán con la marihuana o el alcohol, y que la prohibición solo tiende a ser contraproducente, aún necesitan saber de usted cuando todo esté dicho y hecho: la marihuana es ilegal y su uso de cualquier manera puede resultar en problemas legales importantes. 
• La marihuana es peligrosa para el cerebro en desarrollo. Si bien no existe una gran cantidad de investigación sobre el uso de la marihuana, sabemos que tiene un impacto en la memoria, la motivación y el rendimiento académico. Hágale saber a su hijo adolescente que la marihuana, especialmente en dosis altas y el uso regular, puede dañar gravemente la estructura del cerebro.
• La marihuana dificulta la conducción. Para adolescentes que conducen, es vital que sepan lo increíblemente peligroso que es usar vehículos motorizados bajo la influencia de la marihuana. Un estudio reciente de Liberty Mutual demostró que casi un tercio de los padres y adolescentes en un estado donde la marihuana recreativa es legal para los adultos, ambos creían que conducir bajo los efectos de la marihuana no era peligroso. Este tipo de malentendido no es tan diferente de nuestras primeras creencias erróneas sobre la influencia del alcohol al conducir.
• Espere rechazo y sea honesto. Datos recientes muestran que 1 de cada 7 adultos estadounidenses informó haber usado marihuana en 2017, y que 1 de cada 5 la consumió en estados donde la marihuana es legal. Espere que sus hijos le pregunten si fuma o no fuma, y ​​si es así, diga la verdad. Pero se puede decir que la marihuana de ahora es mucho más potente que la marihuana de los años 70 u 80. También sabemos mucho más sobre sus peligros. También señale que como adulto, puede ser legal para usted (dependiendo de dónde viva), pero no lo es para los adolescentes. Luego hable sobre cómo abordar las sustancias de manera responsable.
• Establezca límites y consecuencias claras. Todos los padres deben establecer la expectativa de que la marihuana es ilegal y no debe usarse. Si bien es posible que sepa que experimentarán (al igual que los adolescentes y los universitarios experimentarán con el alcohol) debe exponer las consecuencias que ocurrirán si los atrapan y estar preparado para seguir adelante. Es mejor considerar los castigos con anticipación, ya que esto no es algo que pueda decir sobre la marcha.

Las conversaciones sobre el uso de la marihuana no serán fáciles, especialmente después de enterarse que su hijo adolescente la utiliza. Pero hablar abierta y francamente es lo único que podemos hacer como padres. Y recuerde, nuestros hijos quieren y necesitan orientación por muy resistentes que puedan parecer.

Finalmente, si bien en esta situación no puede retroceder el tiempo, siempre es mejor comenzar estas conversaciones temprano en la infancia antes de que sus hijos comiencen a experimentar. Prepare el escenario para conversaciones difíciles e inevitables en el futuro.