By Yvonne C. Castañeda, LICSW

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Topics: En Español, Healthy Living

El Día de Acción de Gracias es un día muy especial para mi y por muchas razones, la mayoría de las cuales tienen que ver con la comida. Cuando era niña, mi padre cubano y madre mexicana evitaban la tradición del pavo y en su lugar asaban un cerdo entero sazonado con salsa de Mojo. Emparejarían dicho cerdo asado con arroz blanco, frijoles negros, plátanos maduros y yuca frita. En la única ocasión en que mi hermano y yo le rogamos a mi mamá que hiciera un pavo (queríamos ser como una familia Americana), Mami cumplió, pero sazonó el pavo con salsa de Mojo y lo rellenó con arroz blanco y frijoles negros. ¡Imaginate! Sabía igualito que el cerdo asado, pero al menos nos sentimos un poco más americanos.

Si teníamos pavo o cerdo asado no hacía ninguna diferencia para mis padres; ellos habían vivido en la pobreza extrema cuando eran niños y abrazaron plenamente el espíritu del Día de Acción de Gracias en su nuevo país de origen. Mi papá siempre nos recordaba que teníamos la bendición de tenernos el uno al otro, que teníamos buena salud y un techo sólido sobre nuestras cabezas. Nunca mencionó lo agradecido que estaba por nuestro nuevo sofá o coche usado o la bicicleta de mi hermano. En fin, aprendimos a estar siempre agradecidos por las cosas que no se pueden comprar. Por esa razón, siempre me encantará el Día de Acción de Gracias.

Cada año, muchos de nosotros nos reunimos para celebrar todo por lo que estamos  agradecidos: el amor de las familias, los socios, los amigos; la seguridad de nuestra comunidad, la dedicación de los maestros; miles de intangibles maravillosos que nos ayudan con las cargas de nuestros trabajos estresantes y responsabilidades interminables. Damos gracias por todas las cosas que hacen que nuestras vidas sean significativas y valgan la pena todos los dolores de cabeza.

Pero, ¿alguna vez has dado gracias por lo que eres tu en el gran esquema de las cosas?

¿Se  siente demasiado extraño, demasiado egoísta explorar la idea de que tienes algo que ofrecer, algo por lo que deberías estar agradecido? Si es así, tal vez sea porque parece más natural golpearnos a nosotros mismos en su lugar. No soy lo suficientemente bonita. No soy lo suficientemente inteligente. Soy tonta, soy un mal padre, un compañero terrible, soy un fracaso. Sin embargo, no importa cuánto te critiques a ti mismo, hay algo dentro de ti que merece un lugar en el Día de Acción de Gracias. Algo que te ha llevado hasta aquí en la vida, pero que actualmente está enterrado bajo capas de duda, inseguridad y auto-juicios.

Así que antes de apilar tu plato con cualquier comida que a tu familia o amigos les guste comer en el Día de Acción de Gracias, antes de dar gracias a todos y todo en tu vida, haz una pausa por un momento. Da gracias por lo que lleves dentro de ti que te levante de la cama, por lo que hagas que levante y anime a los demás: tu fuerza, tu paciencia, tu corazón generoso, tu sentido del humor, tu dedicación a la honestidad o tu compromiso con tu pareja. Dígalo en voz alta en presencia de otros o escríbalo. Comienza una nueva tradición con tus amigos y familiares. Publica en Facebook, envía un tweet, has lo que sea lo mas lógico para ti.

Y siempre recuerda que en el Día de Acción de Gracias y en todos los días que siguen, hay muchas cosas dentro de ti que merecen agradecimiento.